martes, 18 de marzo de 2014

Un paciente más dentro de nuestro sistema sanitario

Hola Chic@s!

Hoy os traigo una entrada interesante sobre un caso que hemos visto en clase, conocido como EL CASO DE FEDERICA, sé que muchos de ustedes os sentiréis identificados. 
Una vez que lo leáis descubriréis, como a mi me ocurrió, una perspectiva no conocida normalmente por los usuarios de nuestro sistema nacional de salud (SNS).

Todo comenzó cuando Federica tenía un dolor de rodilla que ya no aguantaba, llevaba doliéndole un tiempo, pero debido a que tenía que cuidar de su marido enfermo, no ha tenido tiempo de acudir a su centro de salud. Ella era capaz de aguantarlo porque no lo consideraba importante, en aquel momento era un dolor leve de rodilla, y con los remedios antiguos de su abuela ("mantita de calor y aceite de romero") se bastaba. Hoy acude a urgencias para hablar con el especialista, debido a que su dolor ha aumentado y a que su marido hace varias semanas que falleció. El médico que la examina le hace una radiografía, le comenta su patología, y le informa que debería de haber ido a su centro de salud para que le atendiera su médico de atención primaria. 
A lo que Federica le responde que ha estado muy ocupada cuidando de su marido, que siempre le mandaban lo mismo antiinflamatorios, analgésicos y reposo, que su centro de salud no estaba tan cerca como para llegar con el dolor de su rodilla y que cuando lo hacia tenía que soportar largas colas, etc... También le comenta  que una vez su médico de atención primario le mandó al traumatólogo, y este último al rehabilitador y que acabó en el fisioterapeuta, donde le aliviaron mucho el dolor y continuó unos meses mejor, pero, añade, que era una locura, porque había muchos pacientes a los que atender y le hubiera gustado que le dieran más masajes. Le gustaron mucho las charlas de prevención que los fisioterapeutas le daban todas las semanas y le enseñaron muchos ejercicios, a lo que reconoció que no ha seguido haciéndolos, porque cuesta trabajo adoptar las medidas terapéuticas a su vida normal día a día, "no da tiempo" según dice Federica, y que de la mitad de los ejercicios ya ni se acuerda. Y con todo ello le pide al médico de atención especializada un TAC o resonancia, y le consulta para ir al fisioterapeuta de la plaza de su pueblo que le han dicho que es bueno "quitando los dolores". El médico por su parte, considera hacerle una analitica, por protocolo en urgencias, aunque le comenta que al tener la tensión alta debería de regulársela su médico de atención primaria, y que se dirigiera a él de nuevo para que, si lo desea, le vuelva a remitir al fisioterapeuta.

Dedicado a mi abuela


Después de este resumen de un relato, al que nos podemos sentir identificados casi todos en alguno de los comentarios que nos hace Federica, podemos destacar algún que otro aspecto referente a nuestro SNS (sistema nacional de salud), los cuales concluyo en estas tablas:


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La sanidad pública en España es una de las conquistas más importantes de la sociedad española, lograda, consolidada y generalizada a lo largo de las tres últimas décadas.

En el artículo 43.1 de la Constitución Española de 1978, se compromete el derecho a la protección de la salud. A partir de ahí se va conformando como un sistema de prestación pública, universal, igualitaria, gratuita y de calidad para todos.

La promulgación de la Ley General de Sanidad en 1986, impulsada por el ministro Ernest Lluch, supuso la creación del Sistema Nacional de Salud, que ha perdurado, se ha mejorado y desarrollado a lo largo de más de 25 años, y se completó con la Ley General de Salud Pública de 2011, que completó la universalización efectiva de la sanidad pública española.

El proceso de descentralización sanitaria, generalizado a partir de los traspasos de la gestión de estas competencias en el año 2002, hizo que desde los gobiernos de las CCAA se consolidara el desarrollo efectivo de los servicios de salud con gran calidad, alto grado de eficiencia y valoración satisfactoria por los usuarios. Ello favoreció la cercanía a las necesidades ciudadanas, la articulación territorial y el arraigo de la población en las zonas rurales.

En la política actual de recortes es ajena a un modelo de reforma del sistema sanitario adaptado a una nueva situación socio-económica. No lo hace más racional, ni más coherente, ni más eficaz, ni más sostenible, pero si ha devenido en un deterioro importante en la prestación de este servicio en las comunidades autónomas, que han preferido en su mayoría tomar medidas más encaminadas a cuadrar los números y los objetivos de déficit, que a atender la salud y el tratamiento de la enfermedad. Se está pasando de un modelo sanitario que tenía como centro a las personas a otro que se centra en la rentabilidad económica y el negocio.

Hemos visto cómo las listas de espera se han aumentado, cómo las urgencias de los hospitales se saturan; se disminuye el número de camas hospitalarias, o se cerraban o intentaban cerrar las urgencias rurales nocturnas en algunos centros.

La sanidad privada tiene que cumplir su papel en el mercado sanitario y de seguros, incluso como complementario, pero jamás como sustitutivo del sistema público. Porque si privatizamos el sistema empobrecemos la calidad de los servicios, da menos garantías al paciente, e incluso afectaría salarialmente a los profesionales, es decir pone en manos privadas lo que se ha construido con el esfuerzo y los recursos de todos, y lo que es peor, convierte la salud en una mercancíaComo escribe  Fernando Mora, portavoz de Sanidad del Grupo Socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha.


Es claro que el SNS vive momentos de profunda transformación como consecuencia del envejecimiento de la población, el incremento de enfermedades crónicas y el aumento de la polimedicación, además de sus dificultades financieras e insuficiencias presupuestarias. Todo sumado hace que la coordinación entre profesionales de la salud y la colaboración multidisciplinar sea más importante que nunca para dar una atención sanitaria integral de calidad, efectiva, segura y que optimice recursos.
No hay dudas, la colaboración multidisciplinar es inevitable para responder con calidad a los retos asistenciales del nuevo siglo y todos los colectivos sanitarios que formamos parte del SNS debemos estar a la altura en beneficio de nuestros pacientes. Como opina Lola Murillo, vicepresidenta de la Sociedad Española de  farmacia comunitaria (SEFAC).


Todos somos participes de nuestro sistema sanitario. 
No podemos criticar el SNS sin sentirnos responsables.


La comunidad, los profesionales y las empresas saben que no es aceptable que el mercado dicte las normas de competencia sin tener en cuenta los efectos sobre la calidad de la sanidad. La falta de preparación y la escasa capacidad de maniobra de los gerentes de centros sanitarios, que dirigen con imposiciones de los gobiernos locales y con poco o ningún apoyo de los profesionales. Como comenta Jesus Villar en el Diario de las Palmas.

Esta forma de dirigir sin tener en cuenta la realidad de cada hospital no puede sostenerse por más tiempo. Por extraño que parezca, el SNS español ha funcionado en condiciones de esta manera siempre, con intereses o sin intereses de sus dirigente, que eso ya no lo sabemos, pero como esta siendo sometido a estos grandes cambios, yo me pregunto: 

¿Será capaz de sobrevivir a ellos?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado el post! Pero hay un aspecto muy importante, de hecho decisivo (que no atiende suficientemente en mi opinión). Y es el hecho de que la sanidad privada es un gran negocio. Yo creo que para la inmensa mayoría está claro que una sanidad pública, con el respaldo económico adecuado, siempre será mejor que la privada. Sencillamente porque en la privada tiene como obligación priorizar los beneficios sobre la atención sanitaria. Algo que no ocurre en la pública. Y ello a la fuerza lleva a una peor atención al paciente. Esto lo sabe la gente, lo saben los profesionales y también los políticos. Pero entonces, ¿cuál es el motivo para que se siga promoviendo la sanidad privada frente a la pública?. Según nos dicen los políticos, el ahorro. Sale más barato pagar hospitales privados que públicos. Pero este argumento, que también ha quedado bastante demostrado que es falso, nunca puede ser un motivo válido cuando se habla de la salud de las personas. No se puede sacrificar la salud de la ciudadanía para un ahorro en los presupuestos. Si hay que ahorrar, seguro que habrá otras muchas áreas menos importantes donde hacerlo. Pero, como digo, hasta este argumento se ha demostrado falso. No hay más que ver las cifras de las privatizaciones en Madrid. En realidad, repito, el motivo principal de esa preferencia política por la sanidad privada, sólo defiende el gran negocio que supone para unos pocos.

Gran post, sigue así!

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